lunes, 28 de diciembre de 2009

AVATAR

Hoy he visto (en 3D) Avatar, la última película de James Cameron. Increíble.
Increíble, increíble, increíble. Incluso la historia no es tan estúpida como esperaba, aunque si bastante norteamericana (te emociona aunque no quieras).
Al haber creado semejante potencia visual, James ya puede morir tranquilo. El cine, como experiencia intelectual que ha sido tantas veces, ahora ha pasado a ser una experiencia enteramente sensorial. El film es largo y entre medio hubo una pausa de 15 minutos. Durante ese tiempo me sentí solo y desamparado, deseoso de volver urgentemente a Pandora, sin duda el mejor lugar del universo.
Después de mas de una década del plano famoso de la mano sudada de Kate Winslet en Titanic, Cameron revienta como un volcán quemándolo todo a su alrededor.

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